viernes, 20 de abril de 2007

EL ANGEL DE LOS NIÑOS DE LA CALLE

En una ciudad como Cali, que carece de lideres y los pocos que dicen que lo son, se roban la plata que esta destinada para poder acabar con la pobreza, el hambre, y no seguir viendo mas niños en la calle pidiendo unos cuantos centavos para comer. Sonaría raro, pero todavía existen personas que le dan una buena cara y le regalan una sonrisa a esta ciudad, ayudando a los niños de la calle.

Sobre la calle 5, queda ubicado un instituto que ayuda niños huérfanos, o desplazados, dándoles la vivienda, comida, el cariño y amor como si fuera el de los padres. Y esa persona que se le ha dedicado gran parte de su vida a estos niños es doña Nohemy Scarpetta, una mujer de 77 años.

“Mama Nohemy”, como es llamada cariñosamente por los niños y por los empleados del instituto, lleva 28 años dedicada por completo a la vida y educación de todos los niños que llegan a este instituto.

“Mi vida es estar al lado de los niños, no seria feliz si no los tengo a mi lado, no quiero decir que apoyo a las madres que los abandonan para que me los dejen aquí, simplemente lo digo, es por que la sonrisa de un niño nos inspira larga vida y alegría a nuestro corazones”

Hace setenta años, el padre de doña Nohemy, el señor Oscar Scarpetta, decidió fundar el Instituto que lleva su mismo nombre, “Instituto Oscar Scarpetta”.

Todo empezó cuando el señor Oscar Scarpetta, quien era medico, encuentra a una niña recién nacida en medio de la calle, los llantos de la pequeña lo hicieron llegar fácilmente hacia donde ella estaba. La niña se encontraba en muy mal estado, las hormigas prácticamente se la estaban comiendo viva y el sol la estaba deshidratando.

El doctor Oscar Scarpetta, se la lleva a un hospital, en donde la atienden, la salvan y la cuidan con mucho amor. Pocos días después, todas las madres que no querían cuidar a sus hijos, los llevaban a la puerta de la casa de la familia Scarpetta. Docenas de niños ya se encontraban en es lugar, y lo único que podía hacer el doctor Oscar fue abrir un instituto, para que aquella mamas inconcientes y desalmadas, llevaran a sus hijos allá, en ves de dejarlos abandonados en la calle.

"Fue muy doloroso ver a todos esos niños abandonados en la puerta de mi casa, aunque estaba muy pequeña y no entendia muy bien la situación, sabia que estaban sufriendo y no tenian nada mas que la ayuda que les ofrecia mi padre", explica con voz de tristeza, doña Nohemy.

Así fue como se origino el primer instituto que se creo en Cali, un lugar que les brinda hogar, amor y cuidados a los niños.

El doctor Oscar le decidió gran parte de su vida a administrar y conseguir los recursos económicos necesarios, son ayudas de ONG e institutos, para que este lugar transcendiera por muchos años, dando vivienda a los niños desamparados.

Después de su muerte, su hija Nohemy Scarpetta, toma las riendas del instituto. A este se le a dedicado muchos años de su vida. Vestida como cualquier empleado de ese lugar, uniforme verde, delantal y tenis blancos, camina por los corredores del instituto, arrimando a cada habitación para consentir por unos minutos a cada niño, pues son mas de doscientos niños los que habitan en este lugar.

“No soy capaz de dejar a mis niños solos por un día, es mas, hasta me compre un apartamento en frente del instituto para estar cerca de ellos” dice la Mamá Nohemy”

A cada niño los quiere por igual y les dice a cada uno “mis hijos o mis niños”, como también les lama a sus hijos de sangre. “yo quiero a estos niños como a mis hijos verdaderos” dice sonriendo doña Nohemy.

Muchas medallas y premios de honores le han sido entregados a esta mujer que solo hecho es brindar amor y calor de madre a cada niño. Pero a ella los galardones no le interesan, pues lo que mas le importa es salir adelante con sus niños, que nunca les falte nada.





A dejado atrás su vida social, por mantener siempre presente en la institución, “no me importan los enventos sociales, ni salir de Shopping, como dicen ahora, si mis amigas me quieren visitar, que me visiten aquí en mi segundo hogar” aclara Nohemy.

Esta mujer no para de trabajar por los niños, todos los días va a visitarlos y mimarlos, merca los sábados en puerto rellena, y esta presente en las clases para ver si están siendo bien educados por las profesoras.

Aunque su hijo de sangre murió hace un mes, ella no ha dejado de ir al instituto, con el dolor y tristeza mas profunda, se refugia en este lugar, para acabar sus últimos años con un poco de alegría que le brinda la sonrisa de cada niño.


ESCRITO POR: JULIANA LOZANO LÒPEZ

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