El centro de Cali no es únicamente un lugar de comercio, también tiene algunos lugares destinados los fines de semana para la recreación, es difícil encontrar un lugar como este, en el que la gente popular pueda tener un roce con los empresarios que tienen cargos importantes respecto al manejo del valle del cauca.
Este lugar es la plaza de san francisco que se encuentra ubicada entre las carreras 5ª y 6ª y calles 9ª y 10ª del centro de Cali, fue construida durante los siglos XVIII Y XIX. Es un lugar de reposo, de reunión para hacer vida pública, cívica, cultural y política., su verdadero nombre es: plazoleta cívica de Cali, en la que se celebran diferentes eventos culturales en la semana y durante los fines de semana es de un ambiente familiar.
Es muy representativo de las costumbres de los caleños, especialmente por la iglesia que lo acompaña y la acogida que han tenido las palomas durante muchos años y que aun lo habitan, también por los aportes que le brinda a los ciudadanos respecto a la recreación y que ha sido el lugar de encuentro de muchos viejitos que prácticamente el ir a ese lugar es como si le devolvieran su juventud.
Existen personas que mientras trabajan se divierten, como los señores que van a la plaza de san francisco y llevan sagradamente unas pequeñas chivas los días sábados y domingos, las cuales son alquiladas durante el transcurso del día, a precios bajos, para que puedan acceder a ellas con facilidad la mayoría de los visitantes.
“Este ha sido mi trabajo durante años y pues disfruto viendo reír a los niños, únicamente vengo los sábados, porque los días domingos camello en el parque de las banderas”.
En semana la plazoleta da su mejor cara, porque la ocupan los abogados, secretarios del estado, tramitadores, y uno que otro vendedor ambulante, dándole un ambiente social pero formal; y como contraste llega el fin de semana y se convierte en un lugar mas que público popular, que se llena de persona de diferentes lugares de la ciudad que van a charlar, divertirse mientras dan de comer a las Palomas, recrear a sus hijos montándolos en las chivas y disfrutando de un rico rollo de algodón que no solo endulza la cara y dedos de los niños, si no también sus corazones.
Como todo lugar público hay espacio para todas las edades y constantemente los viejitos jubilados llegan aquí a conversar con sus amigos, a leer la prensa y al par de esta y el viento, tomar algunos guaritos y por qué no echarse uno que otro cuento; esto lo comentaba el señor Argemiro bonilla, más conocido como don ángel, acompañado de su esposa Gregòria Vásquez.
La relación que tiene la gobernación del valle del cauca con la plazoleta de San Francisco ha difundido en las personas un sentimiento de igualdad que no permite la discriminación de raza, pensamientos, actividades, y no da importancia al estrato socioeconómico al que pertenezcan las personas que lo visitan; debido a que siempre ha existido una mezcla de clases; gracias a la gobernación en la que ingresa variedad de personas a desempeñarse en sus cargos y a realizar diligencias.
El Señor Walter Díaz, vendedor ambulante dice: “yo llevo mas de 10 años vendiendo mis dulces aquí y hasta ahora me he sentido a gusto con la amabilidad de las personas, hasta las viejotas que trabajan en la gobernación”
Esta plazoleta es de mucha enseñanza, porque logra en los seres humanos crear momentos de sensibilidad y permite la comunicación interior y la de los demás.
Los visitantes de esta plaza deben mantener alerta porque ahí como en todo lugar hay personas sin corazón que no les importa estafar a gente inocente como en el caso de las consignaciones para los pasaportes; hay vendedores ambulantes que convencen a los novatos diciéndoles que ellos le venden la consignación para el pasaporte, con la excusa de que el involucrado se ahorre tiempo y fila en el único banco que se acepta esta consignación.
Coincidencialmente comiendo chontaduro en la plaza me encontré con
Algo que identifica a
ESCRITO POR: LORENA RAMÌREZ ZAPATA
